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Eres mujer y emprendedora…….. no te hace falta actuar como un hombre. Me imagino cómo te puedes sentir siendo mujer y emprendedora a la vez. Yo siento lo mismo porque estoy en tu misma situación. A esto se añade este escenario actual en la que todo parece que se hunde a nuestro alrededor y cuando parece que a todos se nos ha olvidado una palabra que sí que es una actitud: la esperanza.

 

 

 

 

Precisamente una de las palabras sobre la que las mujeres sabemos mucho, porque se trata de una pose ante la vida, esperar que vengan tiempos mejores, que las cosas vayan hacia arriba, o que consigamos nuestros objetivos basados en puntales fuertes.

Pero hoy que m estreno en esta web no quiero dedicarme este punto, sino el del principio ,la mujer emprendedora. A muchas de nosotras que tenemos una pequeña empresa y que nos ha costado llegar a dónde estamos como mínimo un 50% más que a nuestros congéneres quiero dedicarnos este post. Y no voy a entrar en cuestiones de cuánto mérito tenemos a la hora de hacer esto o lo otro, o en hacer aspavientos de cómo hemos sabido compaginar aspectos como la maternidad, el crecimiento profesional, …etc. No. Lo que quiero es que seáis conscientes de que debemos mucho a la sociedad, a nuestro entorno, pero esta también nos debe a nosotros. Creo que es algo recíproco.

Tanto por actitud ante la empresa, las relaciones interpersonales proveedor- cliente - empleados como por la manera que tenemos de desarrollar nuestros negocios, durante mis etapas profesionales he podido constatar que hacemos las cosas de manera diferente. Eso es algo innegable.

Y precisamente este es el punto al que quería llegar. Porque en el contexto en el que nos encontramos de tres años de gran crisis, ahora que parece que se extiende como una pandemia a nivel global, si hacemos las cosas diferente, la posibilidad de que salgan adelante es mayor, sin duda. Seguro que nuestras propuestas en este momento tienen más posibilidades de mejorar aspectos tales como las maneras de trabajar tradicionales, las relaciones entre las personas, en definitiva…… nuestras organizaciones, países etcétera .

Entonces, si esto es tan fácil, ¿ por qué no lo ponemos en práctica? Pues, honestamente, otra te diría que la culpa es del mundo de los hombres, que todo lo controlan, que no les gusta cambiar su situación y todo eso que llevamos oyendo muchas generaciones y que nuestras madres y abuelas han sufrido. Y es verdad, yo creo en ello, pero esto no es obstáculo para que piense que nosotras también debemos alzar la voz cada vez más fuerte y , basadas en nuestro dominio de la esperanza como os he dicho al principio de estas líneas, pediros que alcéis la voz en vuestros entornos: familias, barrios, organizaciones, empresas,.. y seguro que algo saldrá de ello.

No culpo a nadie, al contrario, mi mensaje es de que se puede y que, si no lo intentamos no lo conseguiremos. Pero para ello hay que empezar desde ya.

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