Imprimir

 

En 1998, Sir Ken Ken Robinson llevó a cabo, por encargo del entonces ministro de educación del Reino Unido un trabajo sobre el sistema de educación británico cuyo fruto final se tradujo en el informe Todos nuestros futuros: creatividad, cultura y educación .

 


La conclusión más importante del mismo se centró en que hasta la fecha, el sistema educativo del mundo occidental había dado una escasa importancia a la creatividad, cuando es un aspecto capital para el futuro, no sólo para el sistema educativo, sino para la evolución de la humanidad en su conjunto.

 

 

En esa línea, el pensamiento divergente –por el que abogaría el informe- se articularía como una nueva manera de ver las cosas frente a la tradición de la enseñanza por transmisión de conocimientos ya elaborados. Sería acostumbrar al alumnado a abordar los problemas de manera indirecta y siempre desde un enfoque creativo. Frente a la tendencia de seguir los modos habituales que se transmiten generación por generación.

Yo creo que este enfoque es capital en la época en la que estamos para nuestras empresas, porque necesitamos nuevas ideas dentro de las compañías y otras fuera de ellas que se traduzcan en nuevas líneas de negocio o nuevas firmas para poder avanzar.

EL planteamiento está claro, nos acogemos al paradigma reinante, todos hacemos lo mismo siempre, y cuando vemos que no llegamos a los objetivos previstos nos sorprendemos: -“ Si llevamos con este modo de hacer esto en la empresa durante años”.

Un ejemplo: caen las ventas porque nuestros productos son sustitutivos de la competencia, no nos diferenciamos y encima hay crisis. El fracaso estaba cantado, era obvio. Es entonces cuando nos entra la angustia y tratamos de arreglar la situación con las ideas preestablecidas de siempre : -“ Hay que recortar costes, incluso despedir gente, …etc”.

Antes de llegar a esta situación no podíamos haber hecho algo, sino que debíamos haber hecho algo. Es un cambio integral, de manera de pensar, y no tanto de hacer. Es permitir que los (intra)emprendedores se manifiesten en las organizaciones y en la sociedad, porque su modo de hacer tiene mucho que ver con el pensamiento divergente, porque ellos ven que una cosa no sólo tiene un uso, y que para una pregunta no tiene que haber una sola respuesta.

Es dejar libertad para crear dentro de una empresa, de no acogerse a un único pensamiento y no solo ver de modo reducido la realidad, es ver las posibilidades que están al alcance de la mano y que nos pueden llevar más allá, sin olvidar cómo hemos hecho las cosas hasta ahora y sin menospreciar a nuestros “mayores” que han sido nuestros predecesores y que nos han legado las empresas de las que vivimos actualmente, pero de las que tenemos la obligación de garantizar su pervivencia y otorgar un futuro.

No es fácil, pero se pueden establecer nuevos modos de hacer las cosas. Tú líder tienes en tu mano gestionarlo, merece la pena, acepta el reto. Nos va mucho en ello.

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso.