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Desde pequeños nos han enseñado a sumar, a leer, a entender nuestros orígenes, disciplina, incluso nos han enseñado a hacer deporte. Pero lo que realmente no nos han enseñado es a saber lo que quiero en la vida. Para que estoy aquí, así como cuales son los verdaderos objetivos a lograr.

Esto no va de temas espirituales, ni mucho menos de querer imponer una ideología, sino de criticar y dar soluciones a un sistema educativo que hace aguas por todos lados.

Y es que como dijo Einstein, la definición de loco es: “una persona que quiere resultados diferentes haciendo lo mismo”, luego si el sistema educativo es tremendamente ineficiente por todos los costados, igual haciendo las cosas diferentes los objetivos se cumplen.

 

Vamos a basarnos en datos lógicos, al final en el sistema educativo actual, no nos enseñan a saber lo que debo de buscar en la vida, a controlar los sentimientos, a querer a las personas cercanas. Luego tal vez tengamos un analfabetismo emocional tal que acabemos siendo robots, estemos eligiendo lo que nuestros padres quieran, así como no tengamos ni pizca de felicidad.

Será en el trabajo, en la vida personal, en la vida social, en la deportiva, ¿en donde encuentro el verdadero sentido a la vida?, parece obvio que después de trabajar me queda mi vida personal y social. ¿Qué es lo que será mejora para mí?.

¿Se puede ser feliz rellenando latas de anchoa durante 8 horas, día tras día?, ¿se puede encontrar lo que realmente tenemos dentro haciendo soluciones acuosas para una empresa química toda una vida?. Vamos a dejarnos de seguir introduciendo preguntas para intentar no caer en un posible interpretación demagógica del asunto.

1.- Los objetivos en la vida al igual que los planes estratégicos, se tienen que hacer a corto plazo, ser medibles y alcanzables. Así como se tienen que revisar en periodos no superiores a un año, sobre ellos tenemos que tomar todas las decisiones. Poca gente los escribe, no más del 20 %, y el porcentaje de cumplimiento es superior en un gran porcentaje de los que no lo han escrito. Vamos si no los tienes por escrito deberías de plantearlo escribirlo ya que se cumplen más fácil.

2.- Donde debo poner el foco de mi vida, en los asuntos profesionales, en los personales, en los sociales o en todos a la vez. Sobre este tema podemos decir que en los profesionales la experiencia dice que no es lo mejor. Tenemos que trabajar para tener los recursos para poder disfrutar de las cosas en los aspectos personales y sociales. Pero pasamos al siguiente punto.

3.- Realmente como busco en que trabajar, que es lo que me gusta y porque debo de elegir un hobie y transformarlo en mi trabajo. Está claro que el trabajo ideal no es aquel que se llama trabajo, se llama “pasión”. Alguna vez has encontrado algo a lo que independientemente del tiempo que había pasado te había transcurrido como un segundo. Si la respuesta es positiva ese es tu pasión. Nosotros le llamamos lugar de intraemprendurismo.

Y es que realmente ya van unas cuantas cosas que fallan en el sistema académico actual, no nos enseñan a saber lo que realmente queremos, no nos enseñan a gestionar emociones, no nos permiten tener flexibilidad en el aprendizaje.

La creatividad, que desarrollamos desde muy chicos, nos la merman a unos niveles muy elementales, nos hacen tener miras cortas y orejeras de burro. Paralizando de cuajo una verdadera faceta en la empresa, que nos va a salvar de esta crisis, como es el intraemprendurismo.

La capacidad de crear, la posibilidad de encontrar lo que realmente nos motiva, en un sistema con muchas deficiencias, y no por ello descargo en el sistema de profesores, que en muchos casos son de lo mejor, sino por el sistema en términos generales.

Nos hemos dado cuenta, que en las empresas lo más importante, es no estar quietos (vamos que una empresa, tiene su vida contada, a menos que no se hagan los cambios necesarios). Vamos que hace falta muchos intraemprendedores, que generen el verdadero valor social.

Somos expertos en empresas y hemos analizado más de 10.000 empresas en nuestra trayectoria profesional. En todas las supervivientes, tenían características muy similares:

Determinación, liderazgo, afán por la búsqueda de oportunidad, tolerancia del riesgo, ambigüedad e incertidumbre, creatividad, autoconfianza, habilidad para adaptarse, motivación por la calidad.

Estas características son válidas y necesarias para los emprendedores, luego al igual que los empresarios individuales como en la empresa es necesario innovar, crear, adelantarse a los cambios.

Como vamos a crear estas características, si lo más creativo que podemos ser es dejar elegir lápiz o bolígrafo para escribir.

Las cosas está claro que se tiene que cambiar y el sistema educativo se le tiene que dotar de mayor flexibilidad, mayor componente emocional, que sea mucho más deductiva (que enseñe a entender no a memorizar), que posibilite una finalidad, que permita encontrar la parte intraemprendedora de cada uno.

Y  a la pregunta que se formulaba al principio de este artículo, lo que tenemos que buscar es aquello que sea nuestra “PASION”, que pasen las horas y sean como minutos, que esté en la parte intraemprendedora que todos llevamos dentro, que con ello nos posibilite ser feliz en la parte personal, nuestro verdadero fin.

Tienes alguna pasión pues dedícate a ello, es un bucle que te llevará a la felicidad, a estar bien contigo mismo.

Se que me quedo corto, pero he intentado simplificar al máximo el argumentario, se que quedan cosas en el tintero, pero creo que había que hacerlo lo más compacto y entendible posible.

 

 

 

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